miércoles, 9 de diciembre de 2020

Comunicaciones

 Correos

Tipos de servicios

   La fotografía siguiente muestra seis postales navideñas (christmas) publicadas por la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie. En los años sesenta, su llegada a la cartería, junto con la de los almanaques de la Caja Postal, significaba el anuncio de la Navidad y un aumento considerable de correspondencia  y paquetes. En muchos casos, familiares y amigos aprovechaban la felicitación navideña para contar  lo ocurrido durante todo el año.


   Durante el resto del año, la carta seguía siendo el medio de comunicación más empleado, debido al coste inasequible del teléfono, su escasez de abonados y las deficiencias de la red. Pero su uso chocaba con un índice muy alto de analfabetismo: en la entrega de envíos que necesitaban la firma del destinatario había que recurrir en muchos casos a la firma con su huella dactilar o a la rúbrica de una persona autorizada, normalmente, un niño, además muchas cartas eran leídas o escritas por vecinos de los interesados. Para luchar contra esta deficiencia, en 1963 se organiza la Campaña Nacional contra el analfabetismo, que en Correos se refleja en la recepción de una gran cantidad de ejemplares del periódico ALBA, recurso de apoyo para el aprendizaje de la lectura. 
 
   El volumen de la correspondencia comercial se semejaba al de la privada. Los momentos de mayor incremento eran los de final de las cosechas, cuando los bancos comunicaban el ingreso del importe de la producción.
 
   Algo menor era la cantidad de cartas dirigidas a instituciones oficiales: Ayuntamiento, Parroquia, Guardia Civil y Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos.


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A partir de la Transición, Correos colabora en las elecciones facilitando las instrucciones  y remitiendo los sobres con el voto a las Juntas Electorales. Durante la Restauración y la II República había participado recibiendo y enviando documentos electorales. Su intervención durante el Franquismo se reduce al reparto de escasos sobres de propaganda de los candidatos preseleccionados para las elecciones de procuradores a Cortes por el Tercio Familiar.




  En cuanto a los impresos, dominaba la publicidad de laboratorios dirigida a los médicos. Le seguían los periódicos ABC de Madrid (4 o 5 ejemplares), CÓRDOBA (3 o 4 e.), JAÉN (1 e.), MARCA (1 e.), DICEN (1 e.) diario deportivo de Barcelona e INFORMACIONES (1 e.); las revistas AMA (1 e.), CLUB FÉMINA (1 e.), ONDAS (1 e.), una publicación sobre música pop (1 e.), una revista para jóvenes (1 e.), TBO (1 e.), Selecciones del READER'S DIGEST (2 o 3 e.), CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO (1 e.), LA GACETA LITERARIA (1 e.), SÁBADO GRÁFICO (1 e.) y DÍGAME (2 o 3 e.) semanario taurino; las profesionales de Educación (2 o 3 e.), Guardia Civil (5 o 6 e.) y Correos (un ejemplar de dos revistas); boletines oficiales del Estado (1 e.) y la Provincia (2 e.); publicidad de libros y catálogos comerciales, y algunas publicaciones religiosas. Entre  estas últimas estaban EL PROMOTOR ( de 20 a 30 ejemplares), EL BUEN AMIGO (unos 100 e.), EL MENSAJERO (1 o 2 e.), MUNDO NEGRO (1 e.), ANALES DE LA SANTA INFANCIA (1 e.), EL PASIONARIO (4 o 5 e.), VIDA NUEVA (2 e.), EL ADALID SERÁFICO (1 e.), ECCLESIA (1 e.) SANTA RITA (1 e.) y HOSANNA (1 e.), de las cuales, las dos primeras la repartían los corresponsales, y las restantes las recibían los directamente los suscriptores, amén de los impresos enviados por congregaciones pidiendo dinero para mantener seminarios o sufragar procesos de beatificación.

   Se recibieron envíos masivos de impresos con motivo del Referéndum sobre la Ley Orgánica del Estado el 14 de diciembre de 1966, una campaña promovida por un padre capuchino contra el libro Un millón de muertos de Gironella*, la publicación de una revista especial pro Ciudad de San Juan de Dios en 1968/9, el lanzamiento de la enciclopedia Monitor (sobre el año 1965), el relanzamiento del diario EL ALCÁZAR en 1968 y la aprobación de la Constitución el 6 de diciembre de 1978.     


   En el apartado de pagos contra reembolso destacaban los de las academias de enseñanza por correspondencia (CEAC, CCC, Instituto Americano y Escuela Radio Maymo –esta última formó a varios técnicos en radio y televisión– ), lotería de los falleros, recibos de seguros, documentos solicitados a través de gestorías (licencias de caza, certificados de penales...), libros, plazos  de uniformes y artículos de los catálogos de venta por correspondencia.
    

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El pago de suscripciones se solía hacer por giro postal, un medio más económico que el reembolso.  El primer sistema también se empleaba para enviar  dinero a los soldados y estudiantes. Los giros recibidos procedían de mutualidades que pagaban algunas pensiones (la mayoría de las pensiones se recibían por otro procedimiento); ayudas de emigrantes a los familiares que seguían viviendo en Valenzuela, y remesas de emigrantes en el extranjero.






  El peso de los paquetes no podía exceder de dos kilos. Los recibidos contenían libros, material de papelería y regalos –sobre todo en Navidad–. Los enviados, como en el caso de los giros, iban destinados a soldados y estudiantes.

   Un último servicio de la cartería era su colaboración con la Caja Postal. A pesar de la lentitud de sus prestaciones (había que mandar a Baena la libreta junto a la solicitud de ingreso o reintegro y esperar al día siguiente la anotación o  el dinero) tenía la ventaja de que se podía operar con la misma cartilla en toda España.

*El sacerdote afirmaba en la octavilla que igualar a los muertos de los dos bandos era como destruir todos los monumentos funerarios erigidos a los de los vencedores. La descripción de la destrucción era tan gráfica que fue mal entendida por el Cabo interpretando  que ese era el objetivo del escrito, y mandó retener todas las cartas que quedaban por repartir.

Transporte

   Hasta la construcción de la carretera a Baena y la implantación de una línea de viajeros al principio del siglo XX, el traslado de la correspondencia  lo realizaban los peatones o valijeros. En la segunda mitad se encargan de este servicio las empresas concesionarias del transporte de viajeros a Baena y Porcuna, que  recogían las sacas por la mañana y las entregaban por la tarde. Además, durante los años sesenta y setenta hubo otros servicios de  recepción y envío a Baena en el coche de mediodía. Al principio de los años ochenta se empezó a ingresar y  reintegrar el dinero de los giros y reembolsos en una cuenta de la Caja de Ahorros de Córdoba. Actualmente la correspondencia se transporta en una furgoneta de Correos. 

Diccionario de  la RAE




1845-50



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Itinerarios

   En el recorte del Diccionario de Madoz vemos que la correspondencia se recibía de Baena a través de valijero.
  
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En los dos recortes aparecen los itinerarios que debe seguir la correspondencia desde la Administración de Córdoba hasta Valenzuela. En esa época (1860-1861) todavía no se había tendido ninguna línea férrea en la provincia de Córdoba. 



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  En las dos imágenes siguientes se indica el itinerario que sigue la correspondencia desde Córdoba y Málaga hasta Valenzuela: estación de Montilla, estafeta de Montilla, estafeta de Baena y Valenzuela.

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 En 1971 (11), la correspondencia que  se envía a  Baena sigue su recorrido por la línea férrea Linares-Puente Genil o por la  carretera  Granada-Córdoba. 

 La que va a Porcuna continúa por carretera a Jaén o a Villa del Río, donde enlaza con los trenes que van a Madrid o a Cádiz. 

















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Muchas veces fallaba la sincronización de los medios de transporte y la correspondencia se retrasaba. Otras veces coincidían los enlaces y las envíos llegaban muy puntuales: el periódico matutino JAÉN llegaba a mediodía a Valenzuela cuando el tiempo medio de recepción del correo de las provincias de Córdoba y Jaén era de un día. Otra causa de los errores era la confusión con  Venezuela, Valenzuela de Calatrava, Valenzuela y Llanadas y  la base aérea Valenzuela de Zaragoza (una carta tardo medio año en llegar desde Santiago de Calatrava a Valenzuela porque había pasado por Venezuela).






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Personal

  En el Interrogatorio General del Catastro de Ensenada (1754) solo se menciona el correo cuando afirman que una  parte de los propios se destina a pagar "portes de cartas".

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   La noticia concede el grado de administrador de correos de Valenzuela a un carlista capturado en el término de Montoro, aunque en  los nombramientos posteriores aparecen los términos "cartero" y "peatón".







    Hemos visto en un recorte anterior que el peatón era un licenciado del ejército (1884) y en otro que  es nombrado por el Ministerio de la Guerra (1893). En cambio, en el año 1904 la designación se resuelve con una subasta. En 1905, el empleo de cartero se asignaba a  sargentos, cabos o soldados licenciados –este debería de ser el orden de preferencia para optar por la plaza– .
 
   El sueldo del peatón en 1893 era de 700 pesetas al año. En 1904 se subasta el servicio de peatón de Baena a Valenzuela con el tipo máximo de 1200 pesetas. El de cartero bajaba a 100 pesetas anuales en 1905 en 1915 el jornal medio agrícola de la provincia de Córdoba era de 2,2 pesetas (15)–.
 
      

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 En 1935 la retribución anual sube de 500  a 1642,50 pesetas –el jornal agrícola de Córdoba eran 5,9 pesetas en 1931 (13)– y se le reconocen 7 horas de trabajo diarias. A principios de los sesenta la denominación pasó a ser agente postal, con un sueldo que no llegaba al salario mínimo. En 1969, con Tomás Garicano Goñi como nuevo ministro de la Gobernación, igualan el sueldo al salario mínimo y abonan una cantidad por el alquiler del local. En 1980 mi padre pasa de empleado a funcionario. Actualmente los carteros son personal laboral fijo. 













 A mediados de los años sesenta nombran a un auxiliar de reparto (Manolito) que estuvo trabajando hasta finales de los setenta, cuando fue despedido por el descenso en el volumen de correspondencia producido por la disminución demográfica.
 
   El trabajo en la cartería estaba repartido a largo de todo el día. La jornada comenzaba con la entrega de las sacas a los cobradores o conductores de los coches de línea, continuaba a las nueve con el reparto del correo ordinario y seguía toda la mañana con la entrega de certificados y giros en la plaza o en la tienda a los destinatarios que pasaban por el centro del pueblo, A la una y medía llegaba el correo en el coche de línea de Baena, se clasificaban las cartas recibidas y se "mataban" las recogidas en los buzones de la plaza y de la cartería para que salieran a las dos para Baena. Por la tarde se repartían los certificados y giros que quedaban sin entregar y a las ocho se volvía a recoger las sacas, se hacía el "apartado", se preparaban los envíos de certificados y giros, y se "mataban" las cartas para dejar preparadas las sacas. Desde las ocho, además de clasificar las cartas se entregaba la correspondencia del Ayuntamiento y la Guardia Civil a los agentes que venían a buscarla y la de los  que venían a preguntar  por la ventana. En el trabajo participaba toda la familia: durante todo el día podían venir a recoger paquetes a la casa-cartería los vecinos y a retirar las cartas los habitantes de los cortijos, los feriantes y los trabajadores de los circos. En ocasiones, si veía la luz encendida podía venir alguien, normalmente un guardia civil, a última hora para entregar una carta. Las tardes libres mis primos y yo repartíamos certificados y giros. Desde la jubilación de mi padre la oficina está en el edificio del Ayuntamiento.


Sellos


 Los primeros sellos postales españoles fueron emitidos el 1 de enero de 1850 por Correos. Tenían el perfil de Isabel II, siguiendo el modelo de los emitidos en Inglaterra diez años antes. Anteriormente pagaba el envío el destinatario cuando lo recibía. 









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 En las imágenes siguientes vemos que a dos vecinos de Valenzuela les detienen una carta por falta de franqueo o por omitir la dirección. A la oficina del pueblo llegaban algunas cartas sin sellos con  la estampación de Tasa y la cantidad a pagar: el doble de la tarifa.


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En 1959, los territorios de Guinea Española, Sáhara Español e Ifni son declarados provincias españolas. Guinea se transforma en dos provincias: Rio Muni, territorio continental,  y Fernando Poo, insular. A partir de ese año,  los sellos llevarán estampada la palabra "España".





     


Como consecuencia de las continuas riadas del río Turia en Valencia, el Gobierno, en 1963, decidió desviar el cauce cruzando la Huerta de Valencia. Sufragaron el coste la Diputación, el Gobierno y el Ayuntamiento. Para la parte de este último se estableció que todas las cartas y tarjetas postales que se remitieran desde Valencia debían llevar un sello adicional de 25 céntimos. 








En 1969 subió la tarifa. El franqueo mínimo de las cartas subió de 1 a 1,50 pesetas para subvencionar las empresas que se crearon en el Campo de Gibraltar para reducir el paro producido por el cierre de la verja (22).













  De vez en cuando venían algunas cartas del extranjero. En sus sellos venía el nombre del país de procedencia, que se podía deducir aunque venía escrito en su idioma menos en los procedentes de Alemania (como las quelas mandaba mi tío Juan Manuel) que tenían la leyenda Deutsche Bundespost. Ahora cada vez que oigo Bundesliga, Bundestag o Deutsche Bank  recuerdo los sellos alemanes.


Distritos y códigos postales

  Los sobres que venían de Alemania tenían otro detalle distinto en el remite: un número junto al nombre de la localidad. En las revistas de Correos se explicaba  que estas cifras servían para automatizar la clasificación de la correspondencia.  La mecanización de Correos se inicia en España con la implantación de los distritos postales de Madrid y Barcelona, a los que más tarde se agregó Valencia. En la cartería había unos folletos para consultar el correspondía a cada calle de estas ciudades (el de mis tíos era el número17 de Madrid). 
 
 De 1985 hasta 1987 fueron introduciendo los códigos postales de todas las localidades españolas. A Valenzuela le corresponde el 14670.


Diálogo postal, vídeo y estrofa

(23)







A solas con tu lámpara.

Bordas junto al jazmín del patio. Hoy no hay carta.
 El cartero ha pasado por la calle cantando
 y aún se oye su voz lejana en los portales 
gritar: «Don…». Huye un mulo de látigos y moscas. 
Pablo García Baena

10210 - 1884 febrero 29. Página 3

11505 - 1890 octubre 29. Página 3





1860 marzo 3. Página 4




(11) Geografía postal. Publicaciones de la Caja Postal de Ahorros. 1971



















Telégrafos

   En la noticia (1) se menciona la ley de 1908, relativa a los beneficios que otorga el Estado a los pueblos mayores de 2000 habitantes para la instalación del telégrafo o teléfono.
 
   En la obra TELÉGRAFOS. Un relato de su travesía centenaria (2) se alude a un proyecto de ley, presentado en 1908, que «pretendía llevar el telégrafo o el teléfono a cargo del Estado a los pueblos de todo el territorio nacional, aunque admitía que aún quedarían muchos que seguirían "careciendo de los referidos servicios"». Aunque el proyecto no llegó a ser aprobado por el Parlamento




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 Hasta 1923 no se emprende la construcción del tendido telegráfico (4).

(4)
  

   El sistema telegráfico era una mezcla de telégrafo y teléfono. Los mensajes, telefonemas, se transmitían oralmente por la línea de telégrafos (5). Después de la instalación del teléfono continuó este método al ser anulada la línea telegráfica. Exteriormente se distinguían de los telegramas normales en que estos eran azules y la dirección estaba escrita en tiras blancas pegadas al papel. A pesar de esto, algunos telegramas llegaban en la saca del correo porque desde la oficina de Telégrafos de Baena no llamaban por teléfono para transmitir el mensaje.


   El uso de telegramas se limitaba en los primeros años a las comunicaciones oficiales y cuando se extendió al uso privado casi siempre se asociaba a las malas  noticias.  

(6)



 Esponsales del telegrafista
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  Telégrafos de Córdoba avisa de que admite servicio privado directo para las estación de Valenzuela. Es algo extraño porque se publicó en Córdoba, ocupada por las tropas rebeldes, en agosto de 1936 cuando Valenzuela seguía en la zona republicana. No obstante, existía un servicio postal entre las dos zonas a través de la Cruz Roja (mis abuelos pudieron mandar algún mensaje a mi tío, que se encontraba en otra zona)

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(1) El defensor de Córdoba : diario católico Año XVI Número 4446 - 1914 abril 15. Página 1



(7) El defensor de Córdoba : diario católico Año XXXVI Número 11668 -1934 septiembre 25. Página 4

Teléfonos







 
En los primeros años de la década de los 50, Telefónica tiende la línea Porcuna-Valenzuela e instala una centralita en un local del antiguo cuartel de la Guardia Civil situado en la calle Feria. El locutorio permanecería hasta finales de los años ochenta (o principios de los noventa), cuando  construyen una antena en la ladera del Cerro Boyero. Telefónica sustituyó a finales de los sesenta la línea de Porcuna por otra que conectaba con Cañete.
La segunda torre fue construida por Telefónica



  Durante cuarenta años, para llamar había que hacerlo a través de operadora, que conectaba rápidamente si la llamada era local o te hacía esperar un tiempo hasta que la línea estuviera disponible si era una "conferencia" (llamada interurbana). 

   El conjunto de abonados era muy reducido. Lo formaban los organismos oficiales, algunos comerciantes, representantes y familias más pudientes.  Las llamadas locales estaban incluidas en la mensualidad. Los no abonados llamaban desde una cabina del local de Telefónica, desde la casa de un vecino o desde el bar que tenía teléfono (al final de la llamada te decían el importe de la conferencia, que pagabas a la operadora,  al vecino o a Martinillo). Para llamar desde fuera a Valenzuela, había que pedir una conferencia. Si el destinatario no tenía teléfono podías llamar a casa de un vecino,  que avisaba cuando recibía la llamada, o enviar un "aviso de conferencia" (1), una especie de telegrama en el que se comunicaba la hora en que se iba a realizar para que el receptor pudiera ir al locutorio. Cuando se generalizaron las cabinas telefónicas que admitían llamadas interurbanas, cuando llamabas a Valenzuela, había que decir el número de cabina a la operadora y esperar a que te dieran línea con la centralita de Valenzuela, acción que podía provocar una discusión con los usuarios que estaban esperando fuera. 

   A principios de este siglo, Amena construye otra antena para móviles junto a la ermita del Calvario (intentaron construirla delante). Actualmente la comparten Vodafone y Orange (2).









El año pasado comenzaron a montar la red de fibra óptica,


   
 (2) Antenas 

    

domingo, 25 de octubre de 2020

Transporte de viajeros

   Líneas con dirección a Baena

En el Anuario de 1906 se menciona el primer servicio de viajeros de Valenzuela, la línea que conectaba con la estación de Luque-Baena.


La prensa de Córdoba (1) hace referencia a una estación en agosto de 1909. Supongo que era una estación de coches de caballos,


La última referencia a un coche de línea tirado por caballos es de abril de 1921.(2)



 En noviembre de 1926, Manuel Oliván Gordillo matricula (3) un Ford O. que, probablemente, fue el automóvil que cubría la línea de Valenzuela a Baena mencionada en un anuario de 1932 (4). 



Anuario 1932


Además, en 1936 escriben sobre una línea de Baena a Jaén pasando por Valenzuela (5).



   Durante los años cuarenta y cincuenta, la empresa de José Corpas León se encargará del servicio de viajeros a Baena (6). 

   A finales de los cincuenta lo releva Rafael Ramírez, que agrega el viaje de mediodía al tradicional de la mañana (7).


   Antes de llegar a Baena, el autobús pasaba por Albendín. El recorrido continuaba hasta Lucena, por la carretera de Luque y Zuheros. El viaje de Valenzuela a Cabra en la “Ramírez” podía durar tres horas, aunque la distancia de Valenzuela a Cabra sin desvíos y sin paradas era de cincuenta kilómetros y su duración de una hora. Si terminaba en Lucena, la duración del viaje podía ser de cuatro horas. Una experiencia personal: un día del año 1970 salí de Lucena a las nueve de la mañana y llegué a Valenzuela a la una y media; pero teniendo en cuenta que había salido de Iznájar a las siete, el tiempo total invertido en un viaje de cien kilómetros fue de seis horas y media.

  La parada de Baena estaba cerca de la de la empresa Alsina-Graells que ofrecía los viajes a Granada, Córdoba y Málaga. Además, paraba en la estación de Luque-Baena, que formaba parte de la línea ferroviaria Linares-Puente Genil. Desde este último punto se podía enlazar con los trenes de Málaga.

  Hasta mediados de los años setenta tenía dos salidas: la de las siete de la mañana y las de  dos de la tarde. El número de pasajeros ordinarios fue disminuyendo en esta década. Prácticamente, el servicio quedó convertido en el transporte de los alumnos del Instituto de Baena hasta finales de este decenio, cuando los estudiantes de Bachillerato empezaron a acudir al Instituto de Porcuna. Algunos días, en época de vacaciones, traía la saca del correo el conductor, que residía en Albendín, en su coche particular porque el autobús se había quedado vacío en esa localidad. 

  El vehículo llevaba un cobrador. Pero este puesto de trabajo fue suprimido a finales de los sesenta. El cobrador que venía a mediodía era Pineda, un vecino de Lucena que empleaba toda la jornada en el viaje de ida y vuelta de Lucena a Valenzuela.

  Los conductores anteriores pernoctaban en Valenzuela. Los del pueblo, Modesto y Valverde,  vivían en las casas de sus padres y los forasteros, en una casa alquilada. 


Líneas con dirección a Porcuna

La empresa concesionaria de la línea Valenzuela-Estación de Villa del Río, en los cuarenta, fue la de Francisco Valcárcel García (5). Los viajeros continuaban su viaje a Córdoba en tren, aunque tenían la opción de apearse  en Porcuna para continuar el viaje en otro autobús (8).



  En los años cincuenta, la línea Valenzuela-Villa del Río se redujo a la de Valenzuela-Porcuna. Esto provocó que se eliminara el enlace ferroviario más próximo. Desde ese momento, para coger un tren para Madrid o Barcelona, desplazándose en un transporte colectivo, había que ir a Córdoba.

  La línea, junto a la de Jaén-Córdoba, pasó a la empresa Ureña, aunque se mantuvo el cambio de vehículo para viajar a Córdoba, porque el coche seguía hasta Jaén. En los años setenta, los viajeros que tenían que apearse eran los que iban a Jaén. Otras de las mejoras en el viaje a Córdoba fueron la implantación del viaje de vuelta de Córdoba a mediodía y la venta de billetes de ida y vuelta con descuento.

  Ureña suprimió el puesto de cobrador a mediados de los sesenta. El último de ellos se llamaba Vicente. 

 Los conductores de Ureña también pernoctaban en Valenzuela. Uno de ellos, Abraham, vivía con su familia en una casa de la calle Feria que tenía una cochera por la parte trasera en la que se guardaba el autobús. De los posteriores solo recuerdo los nombres de Enrique y Paco. Después de Enrique, durante en tiempo que la  compañía concesionaria fue Viajes Torremolinos llevaba los coches un conductor joven que fue relevado por otro de más edad, otra vez con Ureña como empresa concesionaria. En ese período ocurrió un  accidente muy grave en el itinerario Valenzuela-Córdoba.


Accidente del autobús de la empresa Ureña (9)

A finales de los años sesenta, la empresa Ramírez abre la línea Lucena-Andújar, que tuvo poca afluencia y duración. La misma empresa mantuvo en los años sesenta un viaje semanal a Madrid.

***

Durante estos años y los setenta varias empresas tenían líneas irregulares a Barcelona, con parada en Valenzuela.


Taxis

En 1924, Santiago Gallego Padilla matricula un Isotta-Fraschini (10) y al año siguiente solicita una “autorización para establecer un servicio público de viajeros sin itinerario fijo” (11). Puede ser el primer taxi de Valenzuela. Otro taxi sería el de mi abuelo Emilio el “Chófer”, que perdió su coche en la Guerra.





   En diciembre de 1934, Pablo Montilla Velasco consigue la “autorización para conducir vehículos con motor mecánico” (12). Pablitos sería taxista durante varios decenios. Otros propietarios de taxis fueron Juan Castilla y Antonia Montilla. Antonia fue la primera mujer taxista de Andalucía.




   Los taxis de Valenzuela en los que viajé alguna vez fueron los de Ruano, Pablitos, Feliciano “Jeringuita”, Cristóbal, Rafael y Valverde.

   Debido a la excesiva duración del viaje a Córdoba en la “Ureña” y a que la salida del viaje de vuelta era por la tarde, los viajeros preferían ir a Córdoba en los taxis pagando por asiento individual. Eran los viajes “piratas”, que se generalizaron en los años sesenta. Cuando iban con exceso de viajeros no se sabía que recorrido iban a tener: al llegar a Bujalance se desviaban por caminos vecinales que podían terminar en Alcolea, el Puente Romano o en la carretera de Granada.

ENLACES

(1) El defensor de Cordoba : diario católico Ano XI Número 2986 - 1909 agosto 5.Página 1


(2) Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos Año LXXIINúmero 31554 - 1921 abril 23. Página 1.


(3) Córdoba automovilista : órgano de los automovilistas de la provincia Año IV Número 81 - 1926 noviembre 1. Página 11.


(4) ANUARIO REGIONAL DESCRIPTIVO, INFORMATIVO Y SELECCIONADO DE LA INDUSTRIA,COMERCIO, AGRICULTURA, PROFESIONES, ARTE Y TURISMO DE LA REGIÓN DEANDALUCÍA Y NORTE ESPAÑOL DE ÁFRICA. 1932, PÁGINA 253.


(5) El defensor de Córdoba :diario católico Año XXXVIII Número 12135 - 1936 marzo 31. Página1.


(6) Boletín de la Camara Oficial de Comercio e Industria de Córdoba Año LXIII Numero 517 - 1941

diciembre 31. Pagina 24.


(7) SUR.10 de diciembre de 2017


(8)Azul : órgano de laFalange Española de las J.O.N.S. Año V Número 1035 - 1940 abril10. Página 3.


(9) ABC de Madrid. 12 de enero de 1977. Página 45.


(10) Córdoba automovilista : órgano de los automovilistas de la provincia Año II Número 13 - 1924 enero 1. Página 16.


(11) La voz : diario gráfico de información Año VI Número 1790 - 1925 enero 2. Página 11.


 NOTA: Los datos de esta entrada están basados en  noticias de prensa y en recuerdos personales. Por lo tanto, las fechas  puede que no sean exactas







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