jueves, 2 de noviembre de 2023

Retratos de mujer

 Segunda novela de Mateo Gallardo López.


Los hilos de las diversas tramas del libro se entrelazan  captando la atención del lector hasta el final. En algún momento, una pista parece que te incita a anticiparte al autor investigando en fuentes externas al libro Es un indicio falso porque  hasta el último capítulo no se desteje  la red de personajes y temas en un desenlace imprevisible.

  Pero no es  solo una excelente novela negra sino que, ambientada fundamentalmente en la Córdoba de los años ochenta, describe la ciudad y la época; la ciudad, en  sus barrios, monumentos y tabernas, y la época, en la lenta democratización de la policía, la liberación sexual y la propagación de la droga en la juventud.

 Mateo ha conseguido recrearlas porque  las conoce perfectamente ya que contempló en  la  juventud estas experiencias. Además conoce personalmente los otros lugares en los que se desarrolla la obra: Sevilla, por la cercanía a su residencia; Jaén, por su carrera de Magisterio, y Francia por sus estudios de Filología Francesa.  

   Se podría releer en fragmentos desordenados, ya conocido el  argumento, porque tiene calidad literaria para ello. Destaca su arranque, que se podría recitar como un poema. El hecho de que se desarrolle en el mes de mayo cordobés contribuye a este aspecto lírico.  

  Recomendaría este libro tanto a los lectores de novela negra como a los devotos  de la prosa poética. Yo lo he leído por primera vez rápido para conocer la conclusión pero lo voy a releer disfrutando del relato.


sábado, 28 de octubre de 2023

Gabriel

 




Ficha de la página de la Diócesis:

CASTILLA SERRANO, GABRIEL
  • Nacido en Valenzuela (Córdoba) el 25/10/1947

  • Ordenado el 28/10/1973

  • Párroco de San Francisco de Asís - Palma del Río

  • Párroco de la Inmaculada Concepción - Pedro Díaz


Valenzuela



   Antonio, Lucía, Pedro, Alejandro, Gabriel y Agustina se trasladan en 1956 a la casa número 9 de la calle E, en  las recién construida Barriada de la Virgen de Cabeza (Casas Nuevas). En 1959, Gabriel comienza a estudiar el Bachillerato Elemental en una academia instalada en el local preparado para ser consultorio médico, enfrente del corral de su domicilio. No eran estudios oficiales, por lo que tenía que examinarse a final de curso en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra.
   
   En los días de vacaciones colabora con su familia en las faenas del cortijo de Casasola; nombre que no se correspondía con la realidad, ya que allí concurría un grupo numeroso de tíos y primos. En el tiempo libre se entretenía en juegos tan adecuados a tan tierna edad  como enfrentarse a cabezazos a sus primos imitando a los carneros.

   La fotografía del grupo fue tomada durante una visita del obispo don Manuel con motivo de la Cruzada de la Bondad. En ella participó vistiéndose de Buen Pastor para recibir  a los niños internos en el Hospital de San Juan de Dios. Cuando terminaron los actos oficiales, organizó otra cruzada con los niños de la Barriada que ocasionó un enfado enorme al párroco don Sebastián cuando vio la entrega de carnet desde su ventana.

   En el verano de 1960 decidió ir al Seminario. Pero, para no repetir curso, tenía que ponerse al nivel de los demás alumnos en conocimientos de latín. Su amigo Juanito Montilla le ayudó llevándole todas las tardes los ejercicios de latín a Casasola.

Seminario

    El 13 de agosto 1969   Antonio Gil Moreno escribe en el diario CORDOBA:

El ritmo trepidante de la vida impone estilos nuevos y abre horizontes insospechados. Hace unos años, los seminaristas cruzaban la ciudad, fuertemente marcados con distintivos estrictamente clericales: sotana negra y beca azul; hace unos años los seminaristas tenían una uniformidad absoluta en su porte exterior; hace unos años, los seminaristas empleaban sus vacaciones en simples detalles parroquiales, o en leer o en pasear.  

 El cambio, que se puede apreciar en las dos fotos de grupo, se debe al Concilio Vaticano II, que innova los planes de estudios, las relaciones con la sociedad, la incorporación al trabajo e, incluso, las diversiones de los seminaristas en su tiempo libre.



Estudios

  Don Gaspar Bustos  describe el nuevo plan de estudios en una entrevista del diario CÓRDOBA (29/10/1971): 

-Queda también en San Pelagio un resto del teologado. Se trata de los dos últimos cursos de Teología para quienes no ha parecido conveniente la integración en el Centro de Estudios de Sevilla. De ellos queda encargado don Martín Cabello de los Cobos.

[...] 

—Y los estudios?
—Los estudios que se siguen en el Seminario son los de bachillerato oficial. El bachillerato elemental o su equivalente en la Enseñanza General Básica se cursa dentro del mismo Seminario y con profesores del Centro. Tiene valor oficial eclesiástico y se convalida curso a curso. El bachillerato superior —5.°, 6.0 y COU— se hace asistiendo los alumnos oficialmente matriculados al Instituto Séneca de Córdoba. Para estos alumnos el Seminario es centro de formación y residencia con el cuidado y peculiaridad que la finalidad del centro exige.

 

 Entre los seminaristas que permanecen en Córdoba y que han realizado el Bachillerato Eclesiástico hasta el final está Gabriel. La renovación le afectó en las etapas de Filosofía y Teología.

 En sus estudios de Filosofía tienen un gran influjo  Mounier y el Personalismo. Jean Lacroix nos habla del compromiso en el Personalismo:

 Contrariamente a lo que suele creerse - escribe Jean Lacroix - la noción de compromiso, en Mounier, no tiene sentido político. Psicológicamente, nace del apostolado. Es una actitud no propiamente moral, sino espiritual, que comprende una especie de transformación total de la persona a la vez que una perfecta disponibilidad para las tareas cotidianas, sean cuales sean las que se presenten

   Fueron muchas horas de estudio, incluso clandestino porque llegó a estudiar alumbrándose con una linterna debajo de las sábanas. El esfuerzo fue recompensado al conseguir el número uno de su promoción, por lo que le entregaron un diploma en un acto celebrado en el Círculo de la Amistad.

En la entrevista anterior, don Gaspar Bustos enumera los distintos tipos de seminaristas:

—Según las últimas normas recibidas de Roma pueden ser alumnos del Seminario Menor:
• “Los que se dirigen abiertamente al sacerdocio,
• quienes lo admiten como algo posible,
• quienes están dudosos sobre su vocación, y
• quienes dotados de buenas condiciones no descartan toda esperanza de poder ser sacerdotes".

   En mi opinión, Gabriel estaría en el primer grupo, aunque casi todo el mundo dudaba de que llegara a ordenarse. 

La fotografía del carro y el caballo ilustra uno de los sucesos cotidianos de su estancia en el Seminario. Todas las noches se oía el sonido de un coche de caballos que se paraba cerca de la ventana y el cochero decía:  

– A la derecha la Catedral. A la izquierda el Seminario.
–Aaarre, caballo.  


Sociedad





Entrevista a Antonio Gil Moreno en el diario CÓRDOBA (15/3/1970):

¿Vamos a concretar?

Hacemos labor en el Hospital General donde acompañamos a los enfermos en su soledad y en su dolor. En el Asilo Madre de Dios tratamos de acrecentar la fe de los ancianos en un Dios próximo a sus vidas y que es esperanza para los últimos días. En el Hospital Psiquiátrico colaboramos en materias de ludoterapia, asistencia social, psicoterapia y laboterapia de grupo. Trabajamos también con los Movimientos Infantiles a través del escultismo, así como con el Movimiento Junior de Acción Católica, donde salimos al encuentro de los adolescentes en sus principales problemas. También impartimos clases de promoción social en una barriada próxima a Córdoba con las que iniciamos a sus vecinos, sobre todo a los niños, en los pilares de la cultura. Finalmente, trabajamos en el Secretariado Diocesano para la Promoción humana y espiritual del pintoresco pueblo de los gitanos.


     Gabriel participa en estas actividades sociales, especialmente en la Delegación de Misiones, el Movimiento Junior, la JEC y la promoción social en los barrios de Córdoba.

   En Valenzuela creó un grupo de la Juventud Estudiante católica con algunos estudiantes de la academia, que no tenía ninguna finalidad de adoctrinamiento. Simplemente enseñaba a dialogar con argumentos y a organizarse con total autonomía. En los momentos en que había alguna crisis y acudíamos para que la solucionara nos decía que los problemas los teníamos que resolver nosotros.


Trabajo




   En los primeros años de seminarista trabajaba en el cortijo durante el verano. Más tarde sustituía a D. Sebastián dando clases  en la academia. En los últimos cursos, lo contrataban junto a otros compañeros en  la azucarera de Villarrubia, excepto en unas vacaciones que volvió al campo; pero en esta ocasión lo hizo en Alemania.


Tiempo libre

   

   Después de ayudar en misa como monaguillo a don Manuel, el obispo de Córdoba, este le preguntó si había leído el Quijote. Don Manuel se extrañó de que le respondiera que no y le regaló un ejemplar. Puede ser el comienzo de su afición a la lectura en la que se incluían, además de publicaciones religiosas, ediciones de escritores clásicos y contemporáneos españoles. Entre estos últimos destacaban los de la Generación del 98 (que en los años 60 todavía eran contemporáneos). 

   Los superiores del seminario le permitían leer algunas obras de autores extranjeros como El Abogado del Diablo o Buenos días tristeza; esta última con  muchos reparos. 

  En cuanto a las revistas de información general, ha comentado en alguna ocasión que la que más leía era Triunfo, aunque puede que ojeara los artículos de José María González Ruiz en Sábado Gráfico, ya que colaboró con él en la HOAC

Transmitió su afición a los amigos prestándoles o regalándoles libros. Los más comunes eran los de la editorial PPC y la colección Ardilla.  A mi hermanas y a mí nos dio Los viajes de  GulliverSan Manuel Bueno Mártir y otro que no recuerdo. Además de prestarnos la novela Con la noche a cuestas, que había conseguido en un concurso de radio junto a los demás títulos del Premio Planeta. 

  Jugó al fútbol en el seminario y  el pueblo. Era un gran aficionado practicante: el futuro cura jugó al futbol una mañana del Viernes Santo mientras el resto del pueblo estaba escuchando el Sermón de la Plaza; en un partido de las madrugadas de verano se lesionó del menisco, y fue titular del Atlético Rulo en los encuentros de  la feria. Así lo ha relatado:

Son muchas las ocasiones en las que jugamos ahí.
Día importante: cuando le ganamos a Lucena, uno a cero.
Salimos pintados de negro del rastrojo quemado... Al final, en la alberca nos quitamos las cenizas. Oh tempora!!!

  Ahora se limita a ver los partidos del Real Madrid por la tele.

 Era habitual que  en los centros juveniles hubiera una mesa de ping-pong; en Valenzuela hubo una en el centro adjunto a la iglesia  y otra en el club. A Gabriel se le daban muy bien los saques, efectos y  mates.

  Cuando consiguió la cantidad de dinero suficiente se compró una cámara Zenit; una pesada cámara réflex, fabricada en la URSS, con la que tomaba fotos del  amanecer. Ahora, como  auténtico fotógrafo ortodoxo, califica  las cámaras automáticas de "máquinas para tontos".

  Pero su afición principal es estar con la gente: participando en reuniones de trabajo; comiendo; viajando; jugando al Trivial, a las cartas, al Mastermind o al dominó; hablando de cine o de fútbol, o contando chistes malos. 


Ordenación




El grupo musical de la fotografía no es el que participó en la ordenación



  Debido a que la iglesia estaba en ruinas, la ceremonia se celebró en la plaza. Esta circunstancia le dio un ambiente de fiesta popular al acto religioso, que recordaba  el Sermón del Viernes Santo por la cantidad de asistentes al acto.

   Ofició monseñor Cirarda, que había tomado posesión del Obispado de Córdoba dos años antes. Entre los sacerdotes que concelebraron, creo  recordar que estaban D. Enrique, D. Lorenzo y Bartolomé (q.e.p.d.). El último, paisano (por eso le he apeado  el tratamiento),  había cantado misa poco antes en el mismo escenario.
  
  Cuando  el  grupo folk americano, que acompañaba en la misa, terminó de cantar el padrenuestro, monseñor Cirarda volvió a rezarlo, probablemente, porque no consideraba adecuado el contenido de la letra.

   En la ceremonia de concesión  del título de Hijo Adoptivo de Palma del Río, recordó que unos amigos le regalaron una máquina de escribir con la condición de que no se retirara del sacerdocio.

Palma del Río


Transición

Santa Teresa de Jesús:

Son estos tiempos recios y son menester amigos fuertes de Dios para sustentar a los flacos.

   Después de dos años ejerciendo en Posadas, le ofrecen formar parte de un equipo sacerdotal en Palma del Río. Elisa Manzano escribió con motivo del nombramiento de Hijo Adoptivo:

Gabriel Castilla Serrano nació en Valenzuela y llegó a Palma del Río tras ordenarse sacerdote en 1973. En 1975 formó parte del querido equipo sacerdotal formado por Sebastián Sánchez, Francisco Moreno y Rafael Caballero. Al mismo tiempo también se incorpora al IES Antonio Gala donde ha dado clase de religión hasta el año 2012. Su misión desde la fe es que "San Francisco, la parroquia de la que es párroco sea una gran familia". 

La situación  política que va del año 1975 a 1982 era muy compleja. Eran frecuentes las huelgas, manifestaciones y encierros. Sebastián Cuevas da testimonio de uno de ellos en este artículo publicado en EL PAÍS el 25 de julio de 1978:

Casi un centenar de obreros en paro se encerraron ayer en la parroquia de Palma del Río para protestar contra la decisión gubernativa que establece que los menores de cuarenta años no podrán acceder a los trabajos del empleo comunitario. Portavoces de las centrales mayoritarias, CCOO y UGT, se identifican con los planteamientos de estos trabajadores. En la última reunión del comité de paro, integrado en la comisión provincial de Gobierno, tras dar cuenta de la llegada a nuestra provincia de 159 millones de pesetas como participación primera de los 2.000 millones librados en un reciente Consejo de Ministros para mitigar la situación de desempleo en el sector agrario, se informaba que dicha cantidad y durante los meses de agosto y septiembre permitirá, a través de Icona, Iryda, ayuntamientos y Obras Públicas, la financiación de numerosos puestos de trabajo que al no alcanzar a la totalidad del censo en paro serían distribuidos prioritariamente por el siguiente orden: titulares de familias numerosas, cabezas de familias y trabajadores mayores de cuarenta años.  

Gabriel lo describe en este video: 




Liturgia



 
 En las celebraciones religiosas oficiadas por Gabriel a las que asistido, este fomenta la participación de los presentes sin salirse de los cánones. Le importan más las innovaciones en el fondo que la originalidad en la forma.  En el artículo ya citado, Elisa Manzano describe la naturalidad en su enseñanza:

 No puede esconder su debilidad por los niños donde cada domingo en la popular "Misa de los Niños" subraya la espontaneidad, la confianza y la libertad de espíritu.  


Grupos


   En las fotografías se ven algunos de los grupos de la parroquia que van desde los de teatro hasta los de Biblia. El que conozco mejor es el de WhatsApp, que todas las mañanas me despierta con abundantes  pitidos. Por él estoy informado de todas las actividades de la parroquia de San Francisco, que además cuenta con página web Facebook. 
  
   Mi información sobre la pertenencia de Gabriel a uno de ellos, el Movimiento Junior, viene de una compañera de colegio de Málaga que me hablaba de los congresos y convivencias en los que conoció a Gabi, su nombre en Palma del Río y el Junior, y de encontrarlo en Logroño cuando asistía a un congreso. Allí nos explicó el significado de algunos símbolos del retablo y visitamos la calle del Laurel. 

   En cuanto a la HOAC, lo sé por sus comentarios sobre los diálogos con José María González Ruiz y no estoy seguro—  porque leí un artículo suyo sobre la visita de Juan Pablo II a España en la revista de la hermandad.
 
  Pertenece al grupo sacerdotal La Yedra, en el que se reúne frecuentemente. Un artículo publicado en 2008 nos puede ilustrar algo sobre su ideología: 

El Grupo Sacerdotal “La Yedra”, radicado en Córdoba, ha pedido a los partidos políticos, en el marco de una reflexión sobre las próximas elecciones generales y andaluzas, que defiendan políticas preocupadas “por la naturaleza y el medio ambiente” y también “por los más débiles”, como los “ancianos, marginados, parados e inmigrantes”.


Reconocimiento



     El Instituto Antonio Gala y Gabriel recibieron el reconocimiento del Ayuntamiento  a su labor el mismo día. 

Enlace con el artículo

  Gabriel había ejercido como profesor desde 1975 hasta 2012. Era el que más años había ejercido en el centro. Así lo reconocieron en el acto de entrega de los títulos.

 En 1918 el instituto celebró el 50º Aniversario. La ocasión fue recordada en el diario CÓRDOBA

El IES Antonio Gala en su 50 aniversario expone una colección fotográfica en el Ayuntamiento. Consta de una gran mosaico formado por los profesores que han pasado por el centro y un recorrido, con especial mirada a Antonio Gala, Antonio García Chaves, Antonio Montero Aceña y Gabriel Castilla Serrano.

 


Viajes


   ABC publicó una entrevista que resume su vida en parte de estos 50 años y  los que vivió en Valenzuela y el Seminario. En ella menciona dos viajes realizados cuando estaba en el seminario y otros dos cuando vivía en Palma. En el primero fue a Torremolinos junto a otros seminaristas invitados por el párroco de Valenzuela. El destino del segundo fue Alemania para trabajar, acompañado por amigos de Valenzuela. En los últimos su destino fue Italia, dónde rezó ante la tumba de San Francisco de Asís y visitó el Coliseo.
    
   Ha recorrido toda España para sus reuniones y convivencias con la HOAC y el Movimiento Junior. La prueba es que puede decirte que además de Miranda de Ebro hay otra Miranda de Duero porque estuvo en los dos pueblos. O encontrártelo en alguna ciudad lejana como he mencionado en el punto de los grupos.


50º aniversario

   Ha cumplido su compromiso con la parroquia, renunciando a algunos ofrecimientos que le hicieron para su promoción en la carrera, porque,  entre otras enfermedades, no le han afectado la "titulitis" ni el arribismo.





Gabriel escribió lo siguiente el 4 de abril:
¡Buenos días, familia!
Hoy, en la Misa Crismal, junto a otros sacerdotes, haré renovación de las promesas sacerdotales en el año de mi 50 aniversario de ser ordenado sacerdote.
Dad gracias conmigo y rezad por mí, humilde servidor del Reino y trabajador de la viña del Señor.
"Caminemos juntos...haciéndonos prójimos”

 









   Los compañeros de su instituto inauguraron el 12 de mayo  una exposición sobre los 50 años dedicados al sacerdocio.





Vídeo de la ceremonia  



Celebración en la parroquia 



Regalo de sus sobrinos



Fotografías de Jóvenes de San Francisco


Basílica de San Francisco de Asís



Eucaristía en el Vaticano


Bendición del Papa


Yo te doy las gracias por tu generosidad a la hora de entregar tu tiempo y tu trabajo.

domingo, 15 de enero de 2023

Grupo Cántico

 Ricardo Molina

 

 Además de las canciones de los "muniores" que le envió Ginés Liébana, Ricardo Molina viajó a Valenzuela para conocer los villancicos y las costumbres de la Navidad.
  En la entrada Virgen de la Aurora de este blog están publicados los  cuatro artículos que publicó en el diario CÓRDOBA sobre el pueblo.
  Para verlos hay que pulsar en este enlace, seleccionar el apartado Pueblos y elegir Valenzuela.


Pablo García Baena




  El poeta escribe sobre Valenzuela por su amistad con los hermanos Liébana. En la biografía de Josefina del Ateneo de Córdoba  comentan:

Ella, en su pudor, cree que esto no es así, pero lo confirma una de las dedicatorias, recibida con motivo de su onomástica, que Josefina guarda primorosamente en un álbum entre otras, y en la que se puede leer: “A Josefina / que abrió para nosotros el libro de la poesía / y el libro del flamenco / una lejana mañana”. P.G.Baena (San José, 63).  

 En una entrevista del diario CÓRDOBA, (8-7-2012) reproducen algunas de sus palabras:

Yo lo conozco [García Baena a Juan Bernier] en el verano del año 1940, en la Biblioteca. Yo iba todas las tardes y debió llamarle la atención aquel joven que estaba siempre leyendo, y especialmente poesía. Ginés Liébana no estaba, pasaba el verano en Valenzuela, en casa de su hermana Josefina.

– Acláreme un enigma: si le bautizaron como Rafael, ¿por qué acabó llamándose Pablo?

– Mi tía Rosario quería que se me pusiera Pedro Pablo, y entonces las tías manejaban mucho. Pero habían muerto dos o tres Rafaeles y Rafaelas antes de nacer yo --los niños morían como chinches-- y era natural que mi padre quisiera ponerme el nombre de su madre. Y cuando empiezo a escribir, en los cuadernillos que hacíamos para Josefina Liébana ilustrados por su hermano Ginés, como me parecía cursi lo de Rafael Pedro, firmaba Pablo.

En el poema  A solas con tu lámpara que Pablo escribe a Josefina Liébana hay varios versos (marcados en negritas) dedicados a Valenzuela. Hablan de los  "muniores" y de la imagen de Cristo que había en la parroquia 


Al pasar por las calles hoy he dicho tu nombre:

Amiga. Y sin saberlo inauguré la tarde

con un perfume nuevo, como un árbol de aromas

que entregara sus ramas al hacha del otoño.


No sé por dónde era. Por Puerta Nueva acaso.

Tal vez en la del Viento o en la calle Ravé

donde el silencio apaga con sus yedras las voces

y hay un balcón que velan muselinas y lágrimas.

Paseo todas las tardes. Tú lo sabes. Me has visto


parado ante los patios donde crece la hierba.

Calle de la Ceniza. Un puñal de palomas

rasga como un suspiro el timbal de las nubes.

Vengo de despedirte. No he sacado el pañuelo.

Doña Eloísa guarda los lentes en el bolso.


Si el autobús parara… Espera… No te he dicho

que el jardín de los Mártires enferma de violetas.

Hay un banco en mi vida solitario y umbrío

donde el amor dos veces me ciñó con su dicha:

el estío… No sabes… Me llamaba el estío.


Hoy me siento enlutado con las manos vacías.

Ahora estarás llegando… Anochece. En el pueblo

recogen el ganado. Un cencerro perdido

y el humilde fulgor de las bombillas eléctricas

el corazón coronan de vesperal tristeza.


Vuelta a todo: el farol del portal, la escalera,

la ventana. No abras. Es la noche que llama

en el cristal. No abras. Tengo miedo de verte

entregar a la noche tu sollozo implorante.

Luego la cena, el lecho. Oyes pasos. No es nadie.


¿No te llaman? Murmuran tu nombre desde lejos.

Y cuando el pueblo duerme su latido pesado

en el corral los perros aúllan largamente.

Por entre el sueño yerran voces de madrugada.

Pasan los muñidores del Rosario cantando:


«La campana de la Aurora suena, si no te levantas por tu voluntad…»

Huele el alba a tabaco, a aguardiente y a cera.

La iglesia es limpia y pobre. Nuestro Padre Jesús,

con su pelo de niña y almidón en la enagua,

perdona a las benditas almas del purgatorio


donde un obispo quema sus pecados mundanos.

Ite, missa est. Blanco como un velo de bodas

el sagrario se alumbra con tu alma y la lámpara

y está oculto el Cordero nupcial, que inútilmente

espera ver llegar sus tardos invitados.


Bordas junto al jazmín del patio. Hoy no hay carta.

El cartero ha pasado por la calle cantando

y aún se oye su voz lejana en los portales

gritar: «Don…». Huye un mulo de látigos y moscas.

Dan las doce. He aquí la esclava del Señor.


Aprestar los manteles. El pan está caliente

igual que el corazón de un niño y en los platos

la sopa humea solemne como un tirio turíbulo.

Otra vez otra tarde. Cae el libro de las manos.

La lluvia en las canales y en la tinaja rota


del patio hace sonar su martillo de agua,

tal la péndola insomne de un reloj en el viento.

Suave la gotera del granero retumba…

Hay maíz en el suelo y las ciruelas claudias

envuelven su rubor en papeles de seda


ornando con los ajos el techo de melones.

Campanas. Pasa el médico. ¿Qué es la felicidad?

Sí, ese nombre –¿lloras? – pronunciado en voz baja

o ese polvo que cubre de adioses los zapatos

después de despedir el recuerdo de un día.


Así esperas sin queja, conteniendo el aliento,

algo que desde lejos te hace signos estériles

y aguardando el milagro vuelan lentas las tardes…

Mas tú te quedas sola a solas con tu lámpara. Eel

 

La poesía está contenida en Los cuadernillos de Josefina 


Ginés Liébana




Entre los comentarios del pintor sobre Valenzuela sobresale los de la carta Vivir, escrita sobre su propia muerte:

No se puede decir que mi vida haya sido feliz porque a mí la palabra “feliz” me divierte poco. Es tan complejo, que no se puede decir que sea feliz o melancólica. Dentro de un minuto seremos distintos. La vida está siempre cambiando, afortunadamente. No hay nada más aburrido que la estabilidad.

Yo nací antes de nacer. Parece una ironía. Llegué a Córdoba con seis años. Lo que yo pasé antes de llegar a Córdoba es muy largo, pero que muy largo. En mi lejana infancia intervino mucho la boca. Ella era la puerta a la existencia y la sensualidad. Hay cosas de la infancia que no puedo decir porque siendo orgánicas son bellas. Yo lo intuí todo. En Valenzuela eran los hombres los que rezaban el Rosario de la Aurora. Yo los escuchaba, con sus voces duras rezando de aquella manera, que no eran rezos susurrantes, sino rezos fuertes. A mí se me han quedado esas voces en la memoria. Yo lo recuerdo, debido a una atención especial que yo ponía a todo.

Eran unas voces violentas que asustaban a los niños, pero a mí me despertó una cosa insólita por esa atención mía. Se me ha quedado en el recuerdo el olor a aguardiente seco tan característico de aquellas mañanas, cuando los hombres salían a rezar –porque rezar es cosa de hombres– de una forma tan bestia y delicada a la vez. También recuerdo el ponche que hacía mi abuela con el vino de Doña Mencía, los melocotones, la nieve y la gaseosa. Lo recuerdo todo, incluso de lo que nadie recuerda con esa edad. Es algo muy singular. Cuando ocurría algo, yo lo oía. Eso que aparece en El mueble obrero cuando dicen “¡han matado a Julián Carnero!” yo lo oí y lo vi. Pasó delante de mí. Vi cómo la jaca que llevaba al muerto salió corriendo y volvió a su cuadra –porque los cabllos conocen los lugares– y entonces alguien fue a por ella y la regresó donde estaba el muerto, que se encontraba en un charco lleno de moscas. Todo eso yo lo vi en Valenzuela, siendo muy niño.

 

Otros comentarios:

Entrevista con Ginés Liébana. ABC.18/11/2007.  

Liébana rinde auténtica devoción por Torredonjimeno, pero también por Valenzuela, el pueblo de su madre, de quien heredó esa tendencia indisimulada al histrionismo. "De ahí viene mi forma de ser: una forma disparatada, donde cuenta mucho el absurdo y una chispa de humor. En Valenzuela no había nada, ni conventos ni prostíbulos, sólo tabernas y entierros, que eran la fiesta del pueblo".

 

EL PAÍS Andalucía. 22 de septiembrede 2006 

En mi infancia tuve la suerte de vivir en Valenzuela, un pueblo alejado del mundo, sin tren, en el que se hablaba como en la época de Cervantes. Estuve también en Baena y en Cañete de las Torres. Y conté la llegada de Casanova a Priego de Córdoba. Cultivo mucho el absurdo.

 

Diario JAÉN. 15 de marzo de 2011 

Continuamente me iba a Valenzuela, que está a dos pasos de Torredonjimeno, a casa de mi abuela.

 

Diario CÓRDOBA. 24 de junio de 2012 

Yo soy un farsante. Soy histriónico y eso me viene de la familia de mi madre, que era de Valenzuela. La chacha Clementina, hermana de mi madre, era genial. Cuando llegó al pueblo un cura joven y guapo, con la cara ya moderna, decía: "Ha llegado el cura, ¡Y es soltero!". Y soy también un fresco, porque sin haber estado colocado me he sabido buscar la vida.

 

ABC de Sevilla, 1 de abril de 2018

Pasa Ginés con rapidez de los amigos inolvidables de Cántico a la familia. Porque al artista le encanta recordar su infancia en el municipio de Valenzuela, el pueblo en el que sólo había «tabernas y entierros». También la pronunciación de sus parientes. Sus historias, con algo de realismo mágico liebanizado, son inacabables y hoy le toca comparecer a su tío materno Antero Velasco. «Mi tío fue a la guerra de África y allí le tuvieron que hacer cosas terribles», explica. El tío Antero, de vuelta de sus guerras, se iba a menudo a la taberna «bajaba impertérrito por la calle, con ese silencio suyo». «Hay poesía en todo eso, y en la forma en la que hablaba», resume Ginés mientras imita una pronunciación de labio superior inmóvil y palabras sentenciosas como cuchillos.

  Pinturas

En las Jornadas sobre Ginés Liébana en su Centenario, Raúl Alonso, poeta y editor de la Editorial Cántico pronunció la conferencia Los Cuadernos de Liébana: Los diarios como Libros de Artista.

Enlace con la conferencia

Dos de las obras proyectadas en la conferencia.

Calle de Valenzuela desde la casa de su hermana Josefina


Cortijo de Valenzuela

La obra más importante del pintor en Valenzuela es un Purgatorio desaparecido en el derribo de la iglesia en los años setenta. La pintura ya estaba muy deteriorada debido a la humedad. En la fotografía se puede ver la mancha de agua en la parte exterior del muro donde estaba colgada.


Pablo García Baena se refiere a ella en la poesía antes citada:

La iglesia es limpia y pobre. Nuestro Padre Jesús, 

con su pelo de niña y almidón en la enagua,

perdona a las benditas almas del purgatorio 

donde un obispo quema sus pecados mundanos.

 

 

Juan Bernier 




  Tiene dos aportaciones a la historia de Valenzuela: un estudio sobre el Cerro Boyero y un artículo sobre la destrucción del castillo.
 Su trabajo sobre el Cerro Boyero está incluido en la entrada Cerro Boyero de este blog.

 Aparejo ciclópeo en el cierre noreste de la muralla de Boyero (a partir de Bernier et alii., 1981: lám. XLVIII

Para descargar el artículo sobre el castillo hay que pulsar en este enlaceseleccionar el apartado Pueblos y elegir Valenzuela.

Diario CÓRDOBA. 9/11/1966

El desaparecido castillo de Valenzuela
   Son los nombres de Tulla Fidencia, de Obticula, de Hispalis, de Virtus Tulla o de Ituci, con los que nuestros eruditos quisieron bautizar paganamente el pueblo de Valenzuela sin más razón que sus elucubraciones personales. Lo único cierto es que como lo indican los restos romanos de su término debió ser un conjunto de fundas agrícolas de los muchos que en los tiempos ibéricos ros manos poblaban nuestra campiña hasta las tierras de Jaén. Precisamente su cercanía a la provincia hermana que desde el siglo IV antes de Cristo era un emporio de riqueza y civilización, elevó su papel como el de toda la ondulada campiña de Castro y Baena, exportadoras de cereal a cambio de los metales indígenas y de los produc-tos de importación griega tan corrientes en aquella época. El testimonio lo tenemos en el Cerro Minguillar de Baena, en la Iponuba cercana, donde espléndidas ánforas del estilo de Kercht, se encontraron en su primera excavación y alguna de ellas está en el Museo Arqueológico Nacional. Tales piezas del siglo IV antes del Cristianismo se encuentran también hasta el sur de Baena y sobre todo en !os recintos ibéricos de Nueva Carteya. En cuanto al nombre del conjunto urbano no sabemos nada y sí sólo que la población que pervivió en tiempos árabes fué conquistada por Lope Sánchez un año antes de Córdoba y que este caballero hizo reparar su fortaleza o castillo. Ya se conocía con su nombre actual del que tomaron apellido sus señores y en tiempo de Juan I, en 1380 se formó el mayorazgo con «su castillo, tierras y pertenencias». Castillo que reinando Enrique II, fué defendido de un ataque de los granadinos, tan violento, gue llegaron a demoler la Torre del Homenaje. Su alcaide y señor, Alfonso Sánchez de Valenzuela, sin duda, encontró la manera un poco anómada de conservar la fortaleza una vez caído su bastión vital, sin duda porque el caserío debió estar igualmente fortificado.
    Las luchas nobiliarias del XV, cuestión de intereses familiares de los Córdobas hicieron que este castillo fuera tomado a mano armada por su propio dueño. Este X señor de seis o siete años había tratado con Doña Francisca de Zúñiga mujer de su tutor el conde de Cabra de cambiar Valenzuela por la finca cordobesa del Montón de Tierra. Pero llegado a su mayoría de catorce años, hubo quien le indicó el perjuicio de tal cambio y con una determinación de pelo en pecho, él y sus jóvenes amigos se apoderaron de Valenzuela y su castillo. Hermosa reivindicación que la realidad paga con su ruina, pues sus tutores tenían cédula real autorizando el cambio, con lo que su heroico y novelesco acto juvenil se convirtió automáticamente en delito de lesa magestad. ¡Y buena le cayó al pobre, con los escarmentados Fernando e Isabel hartos de soportar las audacias de los aristócratas cordobeses! Una orden real de Don Diego López de Avalos, comendador de Córdoba llegó y fué ejecutada «para que demoliese el castillo hasta los cimientos y que no quedase señal de él ni se pudiere reedifican. Indudablemente los Reyes Católicos no eran muy amigos del marqués de Sales y aún menos Amigos de los Castillos. Así quedó Valenzuela sin castillo y el doncel sólo con su escudo donde un león rampante hacia vanos esfuerzos por escalar la fortaleza de sus mayores. Doña Francisca de Zúñiga y su marido el conde de Cabra se quedaron con el estado y señorío de Valenzuela porque en aquella época un contrato con un niño de siete, era un contrato y sobre todo porque como dice la canción era.
Con el conde, conde de Cabra 
                                                         y el pez grande se come al chico.



Retratos de mujer